Desde sus orígenes, la hipnosis ha sufrido una serie de transformaciones y hoy en día podemos encontrar varios tipos de hipnosis.
Hipnosis clásica (o directa)
La hipnosis clásica o directa utiliza sugestiones directas formuladas de la misma manera para todos los clientes con el mismo objetivo. A veces denominada hipnosis tradicional, fue durante mucho tiempo la única forma de hipnosis practicada antes de la labor de Milton Erickson.
En este tipo de hipnosis, el terapeuta es directivo y autoritario, y no deja otra opción que seguir el guión dirigido. El terapeuta se sitúa en una « posición elevada », con voz monótona, como si diera una orden al cliente. Los terapeutas de hipnosis clásica pueden utilizar un metrónomo, un punto fijo o un péndulo para centrar la atención del cliente.
La hipnosis clásica constituye la base de la hipnosis de espectáculo por su faceta sorprendente, pero cada vez es más abandonada por los profesionales que la consideran intrusiva e irrespetuosa con el cliente.
Una pequeña anécdota: Sigmund Freud utilizó la hipnosis clásica para desarrollar sus teorías sobre el inconsciente.
Hipnosis ericksoniana
La hipnosis ericksoniana surgió del trabajo de campo del psiquiatra estadounidense Dr. Milton Erickson a mediados del siglo XX. Esta práctica invita a la creatividad del inconsciente y devuelve el poder al sujeto, que se convierte en el actor de su propia sanación, eligiendo inconscientemente el camino que desea seguir durante el trance y encontrando así sus propias soluciones a los conflictos y obstáculos que le atormentan. El terapeuta acompaña (y no dirige) al sujeto, respetando sus necesidades y su ritmo. A diferencia de la hipnosis tradicional, la hipnosis ericksoniana sitúa al terapeuta en una posición inferior. Ya no hay orden, sólo sugerencias y posibilidades.
La hipnosis ericksoniana se basa en el principio de que cada individuo posee en sí mismo los recursos que necesita. Sin embargo, puede ocurrir que el sufrimiento o la propia experiencia del sujeto cuando se presenta el síntoma bloquee el acceso a estos recursos a nivel consciente. El enfoque ericksoniano puede utilizarse entonces para vencer esta resistencia. Y en este ejercicio, se establece una comunicación entre el sujeto y el terapeuta, haciendo de la hipnosis ericksoniana una terapia de co-construcción.
Mientras que el psicoanálisis se centra en el pasado, el objetivo de la hipnosis ericksoniana es provocar el cambio desde el interior del sujeto.
Se basa en diversas técnicas de comunicación, como las metáforas, las sugestiones, el reencuadre, la alteración sensorial, etc. Para facilitar la transición al trance, Erickson inventó de forma natural fórmulas que reducían la presión (afirmaciones permisivas), técnicas para eliminar la resistencia (sorpresa, confusión, etc.) o facilitar la aceptación del sujeto (yes set, etc.).
La hipnosis ericksoniana ha influido en otros enfoques, como la PNL (Programación Neurolingüística).
Hipnosis humanista
La hipnosis humanista se basa en la hipnosis ericksoniana, pero no utiliza sugestiones directas ni pone al sujeto en trance profundo. Los expertos en esta técnica afirman que el sujeto entra en un estado de conciencia « elevada ». Al igual que en la hipnosis ericksoniana, el terapeuta acompaña al sujeto en su viaje y en la búsqueda de soluciones a sus problemas. La hipnosis humanista también utiliza símbolos para comunicarse con el inconsciente del sujeto.
Hipnosis de espectáculo
La hipnosis de espectáculo (a veces llamada hipnosis callejera) no tiene fines terapéuticos, sino puramente recreativos.
Los hipnotizadores de espectáculo suelen utilizar las técnicas de la hipnosis clásica (directiva), en particular las técnicas de ruptura de esquemas, para llevar a los espectadores a un estado alterado de conciencia, apoyándose en particular en efectos sorprendentes como la levitación de las manos.
Autohipnosis
La autohipnosis es la hipnosis aplicada a uno mismo, sin ser guiado por un tercero. La autohipnosis facilita la liberación y, al igual que la hipnosis ericksoniana (guiada), permite a la persona buscar sus propias soluciones a sus obstáculos.
Al igual que la meditación o la relajación, la autohipnosis permite conectar con uno mismo y escuchar al cuerpo, pero con un nivel de dominio y técnica más exigente. Por eso, antes de practicar la autohipnosis, conviene empezar con sesiones guiadas por un hipnoterapeuta, para explorar el estado alterado de conciencia y familiarizarse con la técnica.